lunes, 18 de febrero de 2013

Algunos derechos perdidos de los alumnos

Moisés San Martín

Por una vez vamos a tratar un tema en este blog AULAMOISAN diferente a las cuestiones eléctricas habituales.

En una de las asignaturas que impartimos, cuyo nombre no viene al caso, tenemos exámenes parciales que constituyen el 20% de la asignatura, y el restante 80% sería la ponderación del ejercicio de examen final. En el caso de que el alumno saque mejor nota en el examen final que en los parciales, su nota definitiva será menor que la del examen final. Y al contrario, si en los parciales saca mejor nota que en los finales, su nota definitiva se verá incrementada respecto a la del examen final.

Dado que las materias evaluadas en los exámenes parciales coinciden con las evaluadas en el examen final el grupo de profesores que imparte dicha asignatura ha decidido evaluar considerando el caso más favorable para el alumno, es decir, considerar los parciales únicamente en el caso de que mejore la nota del examen final.

Si bien este criterio puede parecer correcto a primera vista (y que por otra parte no va a tener contestación alguna por parte del estudiante), entiendo que su aplicación merma el derecho del alumno a ser responsable de su propio aprendizaje. Y me explico. De esta manera se le priva al alumno de su derecho a decidir si mantiene calificación del examen parcial porque piensa que no lo va a mejorar en el final, o a renunciar a la calificación del examen parcial porque piensa que en el final está mejor preparado que cuando hizo el ejercicio parcial.

Además, considerando el caso más favorable para el alumno, me da la impresión que como profesores adoptamos una actitud paternalista (que hace que la del alumno sea infantil), no considerando al alumno maduro para esa toma de decisiones. El caso que os expongo es de alumnos universitarios, pero pienso (sin tener otra experiencia que la de dar clase en la Universidad) que en otros ciclos también el alumno es suficiente maduro para tomar estas decisiones.


Entiendo que las ayudas a los alumnos deben ir en otro sentido que el de favorecerle a toda costa, pues de esta manera les hacemos perder ciertos derechos (entiendo que importantes).